El dichoso adblue no es más que un (líquido) reactivo que sirve para hacer funcionar el SCR, provocando una reacción química de reducción de los NOx nocivos, que consigue eliminar en un altísimo porcentaje (en torno a un 90%) transformándolos en N libre y agua, que resultan inocuos. Este líquido, que es simplemente urea disuelta en agua, se inyecta pulverizado, en las dosis y ocasiones determinadas por la central electrónica del vehículo y reacciona con el calor de los gases de escape produciendo amoníaco que a su vez provoca la reducción química de los NOx.
Tenemos, por lo tanto, y simplificando, un proceso de oxidación, cuando la mezcla es pobre (bajas revoluciones y poca carga) que genera los NOx nocivos, y un proceso de reducción que los neutraliza. Dicho procedimiento es una reacción química autónoma, en un dispositivo (SCR) situado al final de la línea de escape y cuyo funcionamiento no interfiere con (ni afecta para nada al) funcionamiento del motor.
Como cualquier equipo, puede tener averías, aunque no es algo frecuente en estos dispositivos (contrariamente a lo que ocurre con otros como las EGR o FAP), pero, si se producen, nada tienen que ver ni porqué influir en otra cosa que su propia función. No van a afectar al funcionamiento del motor, ni el buen funcionamiento del dispositivo va a depender de (o verse condicionado por) cómo haya sido diseñado éste. Son cosas distintas y distantes.
No hay que temer, por tanto, al uso e implantación de estas tecnologías, ésta en concreto bastante madura y probadamente eficaz en su función, y de lo más sencilla en cuanto al uso, que no implica más que repostar el líquido cuando toca, lo que no es especialmente engorroso, frecuente ni costoso, aunque hay que asumir, como es lógico, que introducen costes adicionales y complejidad técnica.
En mi opinión, si los fabricantes responsables del llamado dieselgate hubieran optado por recurrir a estas (y otras) tecnologías, en lugar de recurrir al engaño, burlando los test de medición, probablemente estaríamos viviendo una situación muy distinta a la actual en el debate sobre las altenativas (y plazos) de futuro para la automoción.