Dicho de otro modo, ¿de qué servirá equipar un elemento de seguridad que puede fallar cuando más se le necesita y la situación es crítica? Si falla, no sólo no servirá al propósito para el que fue concebido e instalado, sino que arruinará el efecto de otros elementos de seguridad asociados y dejará a quienes ignoraron el aviso no sólo desprotegidos sino sin posibilidad de queja o reclamación alguna tras el percance.
Ya no es un elemento de seguridad, es un elemento de inseguridad reconocido por la propia marca, quedarse con el no es ganar, es un peligro.
Hacer la modificación, eliminando ese riesgo potencial, no implica renunciar a reclamaciones y/o demandas en busca de otra solución mejor o indemnizaciones.