Hay que reconocer que es una gran idea, inteligente y coherente como pocas.
Se coge un SUV -un concepto que ya parte con limitaciones claras en agilidad rutera y cabrera- y se potencian unas cualidades carreteriles que jamás serán brillantes, reduciendo a cero las cualidades todoterreniles que jamás tuvo.
Si el coche era más o menos bonito, se potencia su belleza con unos alirones y plastiquitos chungos aquí y allá, de modo que no desentone en cualquier convención nacional de jinchos (o internacional) ni su discreción dé mucho el cante en el aparcamiento de Skorpia.
Para ser sinceros, echo de menos un buen alirón de techo, donde poder dejar que las copas descansen, entre pasti y pasti ;D
Adoro el tunning, lo sé.