Como curiosidad, se cuenta que antiguamente esa zona de pastos (paderías de Áliva) se aprovechaba entre los habitantes de Sotres y Espinama, pero cuando se hubo de proceder a establecer los límites entre ambos pueblos, ya que pertenecen a provincias diferentes (Asturias y Cantabria, esta última antes provincia de Santander), cada pueblo envió unos hombres al otro, y acordaron que saliendo de los pueblos al cantar el gallo, allí donde se encontrasen quedaría establecido el límite de las praderías pertenecientes a uno y otro pueblo; entonces los hombres de Espinama sin que se dieran cuenta los enviados de Sotres, ingeniaron emborrachar al gallo, y consiguieron que cantase antes de tiempo, posibilitando salir antes el grupo de Espinama que aquel que se encontraba en Sotres, con lo cual Espinama pasó a tener la mejor y más amplia parte de terreno, abarcando la casi totalidad de las praderías de Áliva.
¡¡¡Viva Cantabria y Puxa Asturies!!!